Chamantito y Chismoso, la recordada collera de Juan Carlos Rojas y Rómulo Gómez


Foto, Chamantito de Criadero Pilocoyán y Chismoso del Criadero Santa Martina fue una collera competitiva en la Asociación Linares entre los años 1982 1987 de destacada participación.

 

Tras una amena conversación con Juan Carlos Rojas, histórico dentro del club de Rodeo de Linares, en Rodeo Linares pudimos resaltar algo de la recordada collera del Chamantito y Chismoso, de la mano de su eterno compañero y amigo, Rómulo Gómez.

“Qué quiere  que le diga. Premiábamos casi siempre en la Asociación, de repente agarrábamos por ahí un champion, su segundo o tercer lugar por ahí, una muy buena época de mi vida. Vivía a concho el rodeo para esas fechas”, relató don Juan Carlos.

Recordemos que Chamantito y Chismoso corrieron juntos entre 1982 y 1987, “al Chamantito lo crié yo en mi criadero Pilocoyán, lindo el potro. Ese lo montaba yo feliz de la vida, corriendo la vaca.  El otro, el Chismoso ese, era de un amigo que me lo prestó, Héctor Parada. Me lo pasó  nuevito, bien manso; siempre fue prestado ese caballo y lo montaba Rómulo Gómez. Después a los años se lo devolví.”

Respecto al Chamantito, Rojas nos contó que “al principio yo compré una yegua que venía con el Chamantito al pie, tenía como dos meses, por ahí. Lo inscribí y salió a nombre mío. Era hijo del Diluvio, hijo del Ñipán, así que tenía sangre. Y fue bueno el caballo, lo empecé a correr a los tres años hasta los quince, después lo vendí.  Me acuerdo que una vez se lo tenía vendido a Guillermo Leiva que corría con Joselo Astaburuaga y se lo pasé para que lo probaran, lo corrieron, premiaron y en la última atajada el señor Leiva se quebró un pié y se deshizo el negocio con el caballo”.

El acontecimiento con Leiva y Astaburuaga que nos narra don Juan Carlos, correspondería a un hecho ocurrido en un rodeo del club San Javier, y tras fallar el intento de venta del Chamantito, Rojas decidió correrlo varios años más.

Agregó  que “el Chamantito después lo corrí con Gabriel Orphanopolous, ganamos un champion en Longaví, corrimos un año. Anduvimos rebien. Con Rómulo Gómez también nos fue bien, salimos a hartas partes, fuimos a Chillán, Cauquenes, Curicó, para todos lados y lo pasábamos del uno”

“El Chamantito era un caballos normal, manso, no era arisco, tenía mucha velocidad y salió como dos o tres veces dentro del ranking de la asociación –Linares- el Chismoso también. Era manso, prestao. Por otro lado, el Chamantito también lo corrí con una yegua buena que tuve,se la compré a Leonel Soto, la Granadilla. Esa siempre la tuve guacha, nunca tuve una collera de yeguas, así que de repente salía con el Chamantito.”

“La collera Roja y Gomez, todavía se acuerdan, la pasábamos bien.  Para mi correr con Rómulo ha sido un agrado. Un gran amigo; Son 41 ó 42 años los que estamos juntos, es como parte de la familia. A él le hicimos un homenaje en un rodeo de Linares, lo metimos a la medialuna  engañado, ahí se sorprendió. Lo homenajearon por su trayectoria, corredor, arreglador. El viejo es buena tela, sanito. Gente de esa ya no queda. También tuvo reconocimientos en el pasado, como mejor jinete de la Asociación", comentó don Juan Carlos.

A ojos de don Juan Carlos, la collera Chamantito y Chismoso es recordada “porque eran buenos caballos. La gente siempre me dice, ‘oiga ¿se acuerda cuando corrían en tal lado?’, y uno chuta, contento, y como corrimos harto, estábamos siempre presente. Porque antiguamente, por ejemplo habían siempre las mismas colleras competitivas, que premiaban siempre. Y ahí estábamos, entonces eso queda en la  memoria de la gente. Hoy en día no pasa eso, ahora uno no sabe quién gana, no sé por qué será.”

Sobre la actual vida, sin rodeos, don Juan Carlos fue categórico, “¡mal, muy mal! No se puede hacer nada, uno no se atreve a correr. En la casa corrimos para desestresarse y probar los caballos nuevos, éramos los del corral no más, todo bien. Pero hay que cuidarse, que la pandemia sigue.”-