Benjamín Ferrada Walker, hijo de don Luis Valentín Ferrada Valenzuela, propietario del Criadero De Valenzuela, conversó con Rodeo Linares acerca de la historia y orígenes del Criadero, sus principales sangres, la motivación que persiguen y sobre la actualidad y futuro que depara para este antiguo criadero de Linares.
¿Cuál es el origen del Criadero De Valenzuela?
R: "El criadero se remonta a los inicios del siglo pasado, cuando el abuelo materno de mi padre, don Luis Valenzuela Díaz -también abogado-, criaba caballos chilenos en sus campos de Codigua y La Floresta, ambos en Melipilla. En esos años, principios de 1900, la crianza tenía un fin exclusivamente de trabajo y función para el campo, por lo que el criadero no tenía pretensiones deportivas, sino que buscaba generar buenos caballos para el trabajo del campo.
Esa es la razón porque el criadero se llama De Valenzuela, algo que los amigos nos preguntan mucho, es porque el fundador fue don Luis Valenzuela y antiguamente -no solo en Chile- era usual que se pusiera el nombre o apellido del criador al criadero".
¿Si partió en Melipilla, cómo se vincula el criadero con Linares?
R: "La familia Ferrada ha sido desde siempre de Linares, de hecho, se considera una de las familias fundadoras. Desde la colonia que los Ferrada están en Linares y, especialmente, en Abranquil, pueblo de la comuna de Yerbas Buenas. Al igual que los Valenzuela, la familia materna de mi padre, la familia Ferrada ha sido siempre de campo, muy ligada a la tierra, a las tradiciones y al caballo chileno.
Cuando mi padre se hizo cargo del fundo Abranquil el año 1990, decidió trasladar allí todo el piño de yeguas de cría desde el campo de Codigua, en Melipilla. La decisión se tomó principalmente por las mejores condiciones de crianza que hay en esta zona. Mejores aguas, mejores pastos, etc. En Codigua se mantuvieron, hasta hace unos años, los caballos en trabajo y corriendo. Hoy, tanto la crianza como la parte deportiva, están en Abranquil, salvo los caballos de la monta de mi hermano Francisco (Cuqui), quien vive en Melipilla y mantiene sus piaras con él.
Nosotros, con orgullo, nos sentimos profundamente linarenses y melipillanos, a la vez. Estamos muy relacionados a las dos zonas, ambas son muy acampadas y de huasos."
¿Cuáles son las principales sangres que han reproducido?
R: "Como el criadero tiene algunos años, la verdad es que son muchas las sangres que se han reproducido, siempre intentando seguir las mejores líneas del caballo chileno y tratando de mantener líneas antiguas nuestras, no necesariamente alternativas, pero sí que se han mantenido con nosotros por años y que nos han servido para lo que buscamos. Por lo general, tratamos que todos nuestros caballos desciendan de un potro o una yegua antigua del criadero, de manera tal de poder ir preservando lo que hemos hecho en el tiempo, corrigiendo los defectos pero manteniendo las virtudes de nuestros caballos. Por supuesto que tenemos caballos con sangres nuevas para el criadero, porque también nos preocupamos de incorporar sangres de refresco, que nos abran las líneas y nos permitan mejorar de una generación a otra, que es lo que trata de hacer todo criador.
Desde la perspectiva de las líneas paternas, en distintas etapas hemos ocupado los potros que tenemos en la casa y combinamos con montas de potros de amigos que generosamente nos facilitan -no recuerdo que hayamos comprado una monta-. Así, en el campo hemos tenido el Borracho en Domingo (Nunca en Domingo – Damajuana), el Sembrador (Cachupin - Cantinita); el Mate Amargo (Chagual – Acuarela); el Dedal de Oro (Borracho – Encantadora); el Parlamentario (Curanto – Juguetona por el Guaina); el Buñuelo (Cascabel por Barranco – Bordadora por Borracho); el Borrón (Curanto – Borrascosa II por Manicero). En épocas más recientes pasaron por el criadero el Peregrino (Bellaco – Cuchi Cuchi) y el Asustado (Abalorio por No me Toques – Guarnición por Guaraní).
Hace algunos años decidimos reforzar la línea Estribillo porque pensamos que a nuestras yeguas les podría venir bien lo que todos sabemos que aporta el Estribillo, ya que habíamos ganado en rusticidad y estructura y teníamos un piño con sangres antiguas y que no se nos topaban con el Estribillo. Así, trajimos desde Santa Isabel un potrillo negro hijo del Escorpión en la Linda Chica, esta hija del Capuchino en la Esta Chica (Estribillo II en la Que Chica). Nos interesó el negro, en primer lugar, por su gran padre, pero además nos gustó el inbreeding directo a la Que Chica, esa fantástica yegua de Piguchen, hija del Ñipan en la Clementina. Pensamos que en un mismo caballo se juntaba de lo mejor del Santa Isabel con lo mejor de Piguchen, y lo trajimos al campo. Este potro es el Santa Isabel Librero, que actualmente corro yo y que en su primera temporada firme quedó con requisito y 12 puntos, dándonos la tremenda alegría de ganar en la nueva medialuna de Yerbas Buenas, es decir, en la casa.
Además del Librero, de la casa ocupamos actualmente otros potros, como el Pretal de Oro (Pretal), el Viejo Querido (Peregrino), el Jurista (Cahuín por Sembrador) y el Discreto (Escritor).
También hemos recurrido harto a los amigos y sus potros, así hemos ocupado el Parrandero, el Filtrado, el Escrupuloso, el Latero, el Lacho Anduve, el Peregrino, entre otros. Todo esto siempre por amistad, tenemos grandes amigos que no nos cobran por las montas, pero piden hartos asados y vino, y eso a veces sale más caro.
En el piño de yeguas tenemos y hemos tenido varias líneas, pero hoy en día nos hemos preocupado de reforzar nuestras líneas antiguas para combinar con potros de sangre más contemporánea. Nuestras yeguas vienen del Roncador, Tranquilito, Indiano, el Borracho, el Sembrador, el Picunto, el Rival, el Gustoso, el Veguero, El Taita, el Escritor, el Curanto, el Mate Amargo, el Chamullo, el Esquinazo, el Que Mas Da y el Entusiasmo.
Además, hoy día estamos iniciando una etapa bien bonita, que es cruzar las hijas del Peregrino (hoy empezando a correr), que nos han salido de muchas cualidades y que por abajo tienen toda la carga genética del De Valenzuela, con el Librero, que es un caballo lleno de virtudes. Tenemos fe en esa mezcla pero, como ocurre en estas artes, tendremos que esperar varios años más para saber si resulta."
¿Qué buscan en De Valenzuela?
R: "Respecto de la crianza propiamente tal, buscamos, por sobre todo, tener caballos esencialmente nobles. Damos una importancia tremenda a la nobleza, tanto en las personas como en nuestros caballos. Buscamos caballos nobles, mansos, confiables, guerreros, rústicos, es decir, que sean bien chilenos. En lo morfológico, por nuestros propios físicos, necesitamos caballos reforzados, de cierta envergadura (aunque hemos tenido varios caballos serviciales que han sido chicos), y por cierto que se acerquen lo más posible al estándar de la raza, que es la obligación de todo criador.
En lo funcional, necesitamos, y por lo tanto buscamos, caballos muy dóciles, fáciles, corredores y que faciliten el trabajo del jinete, porque en la casa somos casi todos abogados y llegamos a montar solo el fin de semana, no tenemos tiempo para practicar, entonces si los mancos no colaboran cuesta andar bien en los rodeos.
Pero yo le diría que lo más importante que se busca en De Valenzuela, la razón de ser del criadero, es cultivar las tradiciones, honrar a la Patria, vivir la vida de campo en familia, muy cerca de la tierra, de nuestros animales y, muy especialmente, cerca de nuestra gente que nos ayuda en el campo y en el criadero.
A nosotros nos fascina el rodeo, pero no criamos para correr en vaca, criamos porque nos apasionan los caballos, nos apasiona Chile, su gente y sus tradiciones, y creemos que la mejor forma de vivirlas, de respetarlas y de hacer patria, es arriba del lomo de un caballo chileno. Si no pudiéramos correr, ciertamente seguiríamos criando caballos para que nuestros niños anden en el campo y seguiríamos tomando mate en las pesebreras, contando cuentos antiguos, verseando y mintiendo un poco.
El motor de todo esto es sin duda mi padre, quien -juntó a nuestra mamá, también mujer de campo y agricultora- nos envenenó de chilenidad y es el pilar fundamental e irremplazable del criadero."
¿Cuáles han sido los principales éxitos deportivos?
R: "Pese a que el Criadero tiene varios años, no son demasiados los éxitos deportivos, principalmente porque históricamente nos dedicamos a otras actividades profesionales que demandan mucho tiempo -desde el fundador hasta ahora somos la gran mayoría abogados-, pero algunas medallas hay por ahí y las conservamos con mucho cariño y orgullo. Por ejemplo, el año 1993 el De Valenzuela Dedal de Oro obtuvo junto al Mate Amargo -que murió en Abranquil- el tercer lugar del Campeonato Nacional, corridos por Pedro Galaz y Jack Muñoz. El año 1997, los potros De Valenzuela Parlamentario y De Valenzuela Buñuelo, corridos por los mismos jinetes, ganaron la serie de potros en el Clasificatorio de Osorno, y tuvieron una muy buena participación ese año en el Campeonato. Las yeguas De Valenzuela Palomilla y De Valenzuela Guiñadita también se completaron.
En los últimos años, hicimos un renuevo en toda la camada de caballos corriendo y ya estamos empezando a disfrutarlos algo más en la competencia. Así, el año 2019 ganamos una serie en la Final Nacional de Rodeo para Criadores en los potros De Valenzuela Jurista y De Valenzuela Pretal de Oro, corriendo Juan Alberto Reyes y yo. En la final corrimos hasta el tercer toro, quedando por un punto afuera del cuarto animal. Para la anécdota queda que en esa final empatamos en puntaje con el criadero que sería campeón de Chile dos meses después, El Peñasco de Santa Sylvia.
La última temporada, corriendo también con Juan Beto, quedamos con 12 puntos y requisitos en Librero y Valiente, nos faltó poco para completar, pero no perdemos las esperanzas que llegarán más logros, porque se ha trabajado a conciencia.
En este sentido, también recibimos con mucho orgullo los premios a mejor Criadero que nos entregaron tanto la Asociación de Rodeo de Linares como la Asociación de Criadores de Linares. Ambos reconocimientos son muy honrosos y nos incentivan a seguir trabajando. "
¿Qué arregladores ha tenido De Valenzuela?
R: "Han pasado varios viejos por la casa y de todos ellos conservamos grandes recuerdos y tenemos mucho que agradecerles. En Melipilla estuvo por varios años don Renato Carrasco, “on Reina”, y después lo siguió por muchos años más Mauricio López. Hoy en día todo el trabajo de caballos está concentrado en Abranquil, donde actualmente está a cargo Juan Alberto Reyes, más conocido como Juan Beto. También en los últimos años nos han ayudado don Cesar López, muy conocido de la afición y a quien le agradecemos una buena cantidad de caballos, su hijo Jorge López, don Jorge Villarroel, don Rubén Contreras, don Raúl Bascuñán y don Francisco Ledezma. Bueno, y don Marcelo Valdés, que en realidad no es arreglador -aunque según él sí- pero habla muy re bonito del trabajo de los caballos y tiene una función muy relevante en el criadero."
¿Cómo se ve el futuro del criadero De Valenzuela?
R: "El futuro nos llena de esperanzas, tanto por los caballos que estamos criando como por los jinetes y criadores que están saliendo en la última generación de la familia. Hoy día nuestros hijos y sobrinos están más fanáticos que uno mismo, hay que andar frenándolos para que se bajen de los caballos, que estudien algo para el colegio y que hablen de repente de otro tema que no sea de caballos.
Nosotros tenemos sangre huasa por arriba y por abajo, ya que por lo Walker también hay sangre criadora -por ejemplo, Ricardo, del Criadero Vista Volcán, y su hermano Joaquín, que era huaso antiguo, son primos de mi mamá, María de la Luz Walker Vial; y nuestros sobrinos han agregado por sus padres sangre acampada también -la familia Horn Pérez-, así que ellos vienen envenenados por todos lados, es difícil que no les guste esto.
Por ahora nos corresponde a nosotros cumplir con el deber de mantener y cultivar la tradición transmitida por varias generaciones y tenemos la responsabilidad de que se traspase a nuestros hijos. Después, sobre sus hombros recaerá la responsabilidad de asegurar el futuro del Criadero y deberán cumplir con el deber moral de mantener en el tiempo el legado de nuestros antepasados."
Cuarto animal del 45° Campeonato Nacional de Rodeo 1993, Terceros Campeones Pedro Galaz y Jack Muñoz en "Mate Amargo" y "Dedal de Oro" (Curicó), 26 puntos.