Criadero Los Pretiles, cuatro décadas en la Crianza


  • Una historia de esfuerzo, amor y dedicación en la crianza del Caballo Chileno

Iniciado a fines de la década del 70, el criadero Los Pretiles es el resultado de un gran esfuerzo de la familia Riquelme Alarcón que ha dedicado su vida al rodeo, tanto en las corridas como así mismo en la crianza del caballo chileno.

A pesar del tiempo difícil y angustioso que estamos viviendo hubo posibilidad de visitar a Alberto Riquelme y su familia en Yerbas Buenas para conocer detalles relevantes de la historia de su criadero Los Pretiles, creado en el año 1979.

El comienzo fue bastante curioso, ya que Alberto, ahijado del recordado corralero Néstor “Roco” Morales Jaque, trabajaba para su padrino desde el año 1973 y ambos militaban como socios en el club de Rodeo Chileno de Linares.

“En una oportunidad mi padrino compró una yegua para correrla y cuando ya quería echarla en la medialuna y recibió los papeles respectivos, se dio cuenta que la ‘Portada’ no tenía 8 años como le habían anunciado, si no que ya andaba en los 18, de modo que optó por dejarla para las crías y le puso potro de inmediato. Lamentablemente para él la yegua Portada nunca quedó preñada y al cabo de un año decidió venderla en la feria”, nos comenta Alberto Riquelme agregándonos de inmediato que él pensó que la yegua le podría servir para algo y le pidió al padrino que se la vendiera, eso sí que pagándosela en cómodas cuotas mensuales.

Todos sabemos lo generoso fue en vida el famoso Roco Morales, y allí quedó reflejado nuevamente con el gesto de regalarle la yegua a su ahijado, quién tuvo mejor suerte porque como a los tres meses le puso potro a la yegua nuevamente y esta quedó preñada. Allí nació el criadero “Los Pretiles”, y el nombre también fue obra del padrino, de modo que Riquelme empezó su crianza contando siempre con la generosidad de Roco, que le prestó su famoso potro Gorgoriko logrando crecer rápidamente el criadero con la fecundidad de la Portada que le dio varias crías, tales como El Surco, el Pretil y el Arrocero, además de la yegua Malacura de un cruce con el famoso potro Cóndor, que años después se convertiría en gran reproductor del criador Los Mayos 2.

Así partió la historia de Los Pretiles, con varios productos en los años siguientes, entre machos y hembras, que a través de estos 40 años han circulado por las medialunas de la región y el país.

En Los Pretiles la crianza ha sido permanente y también creció la familia con la llegada de Daniel y Juan Alberto, quienes desde niños se familiarizaron con los mancos, no solo para alimentarlos, darles agüita, cuidarlos, sacarlos de las pesebreras, sino que también para montar en ellos, galoparlos, aprender a topear, a correr, a atajar y atajar…

Y de tanto atajar tanto como su padre y con él o con otros compañeros, ganar rodeos, completar colleras, correr en muchos Clasificatorios, llegar a Rancagua para cumplir el sueño de tantos niños corraleros de nuestra tierra huasa.

Por eso además de muchos de estos caballos y yeguas que nacieron en el seno de Los Pretiles,  han contribuido para que este criadero entregando algo especial a la Asociación Linares.

Ha sido la cuna de muchos jinetes, partiendo por el propio Alberto, prolongándose en sus dos hijos y quizás en cuántos otros niños que allí se iniciaron como petiseros y que aprendieron el secreto del trabajo de los mancos, logrando llegar a las metas que se trazaron en otros lugares.

Claro está, no se nos olvida que Juan Alberto ya no está con nosotros, que se nos fue en aquella trágica mañana del domingo 27 de noviembre de 2016, cuando ya había alcanzado renombre nacional y se proyectaba para ser considerado en la plana mayor de los jinetes más destacados del país. Esa pérdida no solo afectó a la familia Riquelme Alarcón, ya que el dolor todavía afecta a centenares de amigos de Juanito, que lo echamos de menos porque tanto en la medialuna como donde el estuviese, siempre fue lo que quiso ser: un huaso auténtico.

Han transcurrido los años; Alberto ha seguido criando caballos y regaloneando nietos, sería largo enumerar. Se especializó en el trabajo de los mancos atendiendo a muchos propietarios de la región.  Ha corrido con no sabemos cuántos compañeros a través de estas cuatro décadas. Ha sufrido caídas y muchas lesiones, pero siempre se ha levantado y ha vuelto al trabajo y a correr la vaca.

En este trayecto se ha reflejado el esfuerzo y dedicación interminables de un hombre modesto, cariños y tremendamente sencillo, que junto a su esposa María Alarcón – que lo ha acompañado a sol y sombra – supieron armar una familia que ha dado su vida al rodeo.

Con un agregado y es algo así como la guinda de la torta, y que mucha gente del ambiente corralero ignora, o lo ha olvidado, o sencillamente no lo quiere recordar…

Vamos refrescando la memoria:

Marzo de 1991 en la medialuna de San Carlos, Rodeo Clasificatorio del Centro. La Serie de Campeones fue ganada por una collera linarense integrada por Nestor Roco Morales y Alberto Riquelme con 22 puntos buenos.  Hace 29 años y aún no se implementaba el punto de salida.

Es la única collera de la Asociación Linares que ha ganado un rodeo clasificatorio desde que esta modalidad selectiva se iniciara en el año 1989. ¿Los caballos? Roco Morales en su caballo Financiado, que había sido adquirido un par de años antes. Alberto Riquelme en su potro Arrocero, hijo del Gorgoriko y de la yegua Portada, que lo convirtió en el tercer producto del criadero Los Pretiles, que de esta forma tiene una marca especial que lo convierte en el único producto de un criadero Linarense, corrido por un linarense, que ostenta el título de Campeón de un Rodeo Clasificatorio.

 

Texto Enrique Gutiérrez

Fotos, E. Gutiérrez y algún familiar.

Alberto Riquelme y el potro Cumpa de propiedad de su hijo Daniel

Alberto Riquelme y el potro Cumpa de propiedad de su hijo Daniel

Alberto, María y sus dos Hijos, cuando Juanito cumplió 11 años, Parral.

El abuelo y la Leo, su nieta más reciente

4 buenos de Riquelme en el Arrocero, cuarto animal del Clasificatorio de San Carlos, marzo 1991. Arrea su padrino Roco

4 buenos de Riquelme en el Arrocero, cuarto animal del Clasificatorio de San Carlos, marzo 1991. Arrea su padrino Roco

Morales y Riquelme saborean su título de Campeones en el Clasificatorio de San Carlos