Cristóbal Pino, «mi mayor logro es cuando chico haber corrido por primera vez con mi papá y haber premiado junto a él»


Cristóbal Pino, actualmente residente en Molina, un huaso nacido como tal, pero que tuvo un importante receso por cosas de la vida, intereses distintos, y por qué no falta de ganas, hoy a sus 33 años puede decir con todas sus letras que está más feliz que nunca, esto luego de completar una primera collera del corral Los Porfiados, Temucana y Lagar. Campaña y temporada llena de logros insospechados en un principio, dado que la reciente completada de Laico y Huaso Choroy se dió en  practicamente la mitad del tiempo que costó la primera completada.

Con pasajes dobles a Pelarco, Pino, oriundo de Curicó y con 33 años accedió a conversar un rato con Rodeo Linares sobre sus vivencias en el deporte criollo, quien en todo momento recalca que su padre ha sido uno de los pilares fundamentales en su carrera huasa.

«Desde chico mi papá (Cristobal Pino) era arreglador y jinete toda la vida, entonces prácticamente me crié con los caballos. A los 7 años creo que corrí mi primer rodeo, una serie de menores por ahí y después estuve muchos años alejado del rodeo, lo retomé hace poco. Me alejé del tema y casi ni me obligaban a correr,  por cosas de la edad la verdad, a mi me gustaba más el tenis y el fútbol, yo no salía a los rodeos, me quedaa en la casa, fui cadete de Curicó  Unido incluso; iba a estudiar Educación Física por estar metido en el deporte, pero luego por ahí cambié de parecer y terminé estudiando agronomía. Mi papá me orientó un poco, mi hermana y mi familia. Yo creo que maduré en el tema, estaba muy cegado con el tema del fútbol, porque quería jugar todos los días, a cada rato, unos profesores me ayudaban harto también», relató Cristobal sobre su tibio principio corralero. «Luego, con un amigo que quería ser Kinesiólogo nos juntamos y decidimos estudiar agronomía, porque igual teníamos hartos conocidos y amigos de ese rubro que nos podrían ayudar. Así que estudié en la Universidad del Mar y luego en la Católica del Maule en Curicó.»

«Mi mayor recuerdo y que aprecio con orgullo fue el primer rodeo que corrí y lo corrí con mi papá y haber premiado, eso es lo que más me llena, tenía como 8 ó 9 años , corrí unos caballos de unos amigos de mi papá y premiamos. Y luego dos toros en el champion. Ese fue ha sido mi mayor logro, cuando chico correr por primera vez con mi papá y haber premiado , nunca se me va a olvidar», comentó un emotivo Cristobal a Rodeo Linares.

Entre el rodeo y el futbol se conoce mucha gente, de todos lados y es competitivo también. «Eso es lo bonito, todavía me llaman para ir a jugar fútbol pero ya no juego, porque o tengo rodeo o tengo que estar con mi familia. Soy papá de dos niños y viene otro en camino, tengo que aprovechar de estar con ellos», asegura Pino al respecto.

EL RETORNO A LAS MEDIALUNAS

«Cuando estaba con mi papá teníamos los caballos y la medialuna al lado, así que yo si no tenía clases  o estaba libre los fines de semana, le ayudaba a él con los caballos, nunca deje los mancos 100%. «

«Por ahí con un amigo de Curicó, Gonzalo Santa María me invitó a correr sus caballos, el Pullipato, que fue vicecampeón de Chile con los Ortega y la Pervertida, que fue cuarta con los Ortega también. Ahí partí de nuevo, nos fue bien, bailamos cueca, no completamos pero fue entretenido. El caballo luego por ser de edad se anduvo lesionando y no pude seguir con él.  Bueno y así volví a correr, y no fue tan desconocido para mi porque como acompañaba a mi papá a los rodeos cuando era chico, conocí harta gente, entonces vi todo ese proceso de verlo completar, de verlo ganar, ir a Clasificatorios, a Rancagua, siempre apoyé a mi papá y al rodeo.»

El retorno fue más simple de lo esperado, dado que tras un accidente de su padre en 2015, Cristobal Pino entró al corral de su padre como apoyo, «pero tampoco estaba yo muy profesionalizdo en el tema, salíamos a correr acá a los rodeos de la zona, pero no más que eso«, relató y agregó que «volví con Gonzalo y me salió una oferta para la Asociación El Libertador, pero no me fue muy bien. Retorné entonces  a la Asociación de Curicó y seguí corriendo. 

Y LOS PORFIADOS

El nexto para llegar al corral actual fue Juan Pablo Morales, «porque don Pablo andaba buscando jinete y ahí le dieron mi contacto. Yo fui a hablar con él a Parral, nos sentamos a conversar y empezamos desde septiembre del año pasado.» Así de cortita la hicieron, y la contratación se prolonga hasta ahora.

¿Pero cómo es el trabajo en el corral? «Los caballos los trabaja él (Pablo Ibáñez) con don Juan Carlos Urra, yo cuando tengo tiempo y bajo un poco la intensidad de la pega ahí me arranco a topear cuando se puede, eso es lo que sería en el día a día. Uno va probando los caballos y ahí uno va viendo que le acomoda más. Me acuerdo que partimos la temporada pasada, los primeros 5 rodeos no premiamos, corriendo un toro por serie casi. Entonces por ahí dije que podríamos cambiar los caballos y resultó al tiro el cambio, porque en Rinconada de Retiro se vieron resultados, fue el primer rodeo que premiamos. De ahí empezamos a premiar en todos los rodeos, después corrimos un cuarto toro en Cauquenes,  y  esperamos las últimas fechas y se dieron los resultados. Pero como cuesta tanto esto, nos ganamos el champion del último rodeo que servía para esta temporada -el de Parral el 26-27 de febrero 2022- y fuimos a un rodeo en Salamanca, que no nos fue muy bien, luego a Cauquenes y quedamos terceros, en Parral tres toros, y luego segundos en otro rodeo de Parral que hubo y ahí fuimos al rodeo de la Amistad donde quedamos cuartos. Corrimos Santa Rita, muy competitivo, y luego el rodeo de Alborada, donde pasé a piño en una atajada y perdimos la posibilidad de completar, pero se dió al tiro la cosa en San Javier y logramos la meta.» Esto refieriéndose a la collera  Temucana y Lagar.

Pino agregó palabras de gratitud en su conversación, «estoy muy feliz por lo que estoy viviendo, es como un sueño, super lindo haber completado, ha sido de mucha armonía en el corral, tengo apoyo importante de mi familia, mi señora Francica Méndez e hijos, Begoña y José Cristobalq ue me han ido a apoyar en los rodeos en los que completé junto a Federico que viene en camino, ellos son fundamental porque es un sacrificio para todos, uno que tiene que estar fines de semana completos afuera y por ellos, mi mujer y mis hijos que están en casa cuidándose. Por ese lado también agradecido de mi padrino Cristian Muñoz de Curicó, que siempre me está aconsejando, mi hermana Francisca también un gran apoyo y mi mi papá, lo que sé lo aprendí de él, todo lo que sé es gracias a él, mis tíos también me han ayudado bastante.»

Destacó también su alegría de perteneces a la Asociación Linares. «Representar a Linares en Pelarco, me siento como en casa, me han recibido bien, feliz por Parral, Los Porfiados, la Asociación Linares, agradecido de la oportunidad que me dieron y la voy a aprovechar al máximo. Vamos a hacer las cosas bien y tranquilos, siempre paso a paso», enfatizó Cristóbal Pino para Rodeo Linares.