A inicios de los ochenta comienza la historia del Criadero Rari, en las inmediaciones de las actividades del campo, el arreo y el ganado, influenciados además por la abuela materna de Oscar Bonilla Garín, doña Mary Menchaca.
Rari nace y se desarrolla siempre entre Marimaura y Carrizales. Se funda en el arreo y la cordillera. Su nombre, Rari, se debe al primer campo que tuvo Oscar Bonilla Menchaca del mismo nombre.
La característica de este criadero, a ojos de Bonilla Garín, es que “siempre ha sido un criadero pequeño, familiar, dedicado y con buenos resultados", quien nos encaminó a los inicios de Rari no desde la perspectiva como propietario debidamente tal, más bien lo hizo con la mirada de haber crecido en un entorno lleno de costumbres ligadas a la cordillera de la Provincia de Linares, en torno a su padre Oscar Bonilla Menchaca, amigos y por supuesto, el caballo chileno.
“El caballo en sí, sobre todo en los 80s y 90s fue importantísimo, todo el ganado que teníamos se arreaba desde Marimaura hasta Carrizales y Botacura, así que siempre estuvimos ligados al caballo. Luego esto se fue a la parte deportiva, al rodeo. Desde chico me iba al último arreo, íbamos a dejar los animales, era todo un panorama. Yo a la montura chilena viene a subirme recién a los 14 ó 15 años, antes anduve siempre en montura grande con riendas de suela, más cordillerano que de rodeo.”
Mucho tiempo atrás, Bonilla Menchaca habló con Rodeo Linares y se refirió a Rari con gran nostalgia y alegría respecto sus inicios “Yo era agricultor ganadero, andaba mucho a caballo, a la cordillera el arreo, la ganadería principalmente. Hacía equitación, era socio del club ecuestre internacional en Santiago, tenía mi caballo ahí, pero no había corrido vacas nunca. Armé mi criadero mucho antes, pero no tenía la oportunidad de correr por el tiempo, porque como era piloto en una línea aérea y volábamos sábado y domingo y el que tenía libre (fines de semana) no me dejaban venir a los rodeos; después de mi profesión como piloto, empecé a tener cargos ejecutivos y ahí no volaba ni sábados ni domingos, y pude dedicarme recién a los 44 años al rodeo de lleno.”
Así se encaminó la historia del Criadero Rari, rodeado de cordillera y costumbres acampadas que dieron paso al rodeo.
“Rari comienza luego de la influencia de mi abuela materna a inicios de los ochenta, además en esa época también trabajaba con nosotros José Luis Pinochet y a raíz de ello nos hicimos muy cercanos a su familia, de Carlos Humberto Pinochet, gente muy acampada, gente antigua, muy apegada al rodeo.” Relató Bonilla Garín.
Es de todo conocimiento que don Carlos Pinochet fue parte de la historia del Rodeo chileno, gran jurado, juró en la final de Rancagua y José Luis Pinochet hoy en día es uno de los grandes especialistas y entendidos en el Caballo Chileno.
Bonilla G. detalló que “mi papá, armó el criadero pero solamente se criaba no más. Primero tuvimos unas yeguas del criadero El Carmen, de los Pinochet y ahí fue cuando mi papá decidió armar el criadero Rari, cuando yo ya estaba un poco más grande para correr. Cuando tenía 15 años de edad, llegó Jorge Villarroel a trabajar con nosotros y su familia al fundo Marimaura, a las orillas del río Loncomilla. De ahí salimos a correr con Jorge; yo para aprender, porque Jorge nos inculcó y nos enseñó todo lo relacionado con el rodeo y cuando ya estaba un poco más formado como jinete, se incorporaron varias yeguas que se compraron a Santa Elba, potro en Farandulero que llegó como reproductor del criadero Agua de los Campos, un hijo del Dominó en la Sauzala, otras yeguas también se compraron a don Segundo Tamayo, una hija del Bellaco también, y ahí se fueron armando las hembras.”
Bonilla Menchaca a su vez también nos contó un poco sus inicios en el rodeo, “me compré un potro, el “Rompe Fila” que estaba medio trastornado; estaba en lo mejor y de repente partía contra las tablas; me compré un caballo difícil para poder aprender. Oscar –hijo- tenía 15 años y empezamos a salir en rodeos oficiales. Mi edad de inicio fue muy tarde, si uno pretende ser competitivo tiene que aprender desde niño, en tenis, natación, en el rodeo es lo mismo. Empecé a dejarle los mejores caballos a mi hijo, que él era más joven y bastante competitivo, aún lo es. Yo corrí caballos que no eran tanto de ir a la pelea, pero yo igual los disfrutaba. Los que más disfruté fueron la “Exquisita” y La Dieciochera”.
En el relato, Pedro Pablo Salazar asoma como uno de los grandes colaboradores, “llegó a trabajar con nosotros para que corriera cuando ya estaba más experimentado a la edad de 18 años más o menos. En ese entonces Se compró el Aguatero con el Lacho Anduve, ambos finalistas de Rancagua. Aguatero tuvo Sello de Raza en algún Clasificatorio y bueno, los completamos varias temporadas con Pedro Pablo”, declaró Bonilla G.
“De a poco fuimos trabajando los potros nuevos. También llegó a trabajar con nosotros don Arturo Bustamante, y se comenzó a trabajar con las yeguas criadas. Al pasar los años empezamos a sacar los caballos criados, colleras de yeguas especialmente y que completamos todas las temporadas que las corrimos con distintos compañeros. Corrí con Alberto Riquelme, Marcelo Pino que trabajó con nosotros también, además de ‘Nacho’ Barra, gran aporte al criadero”. Agregó.
Oscar Bonilla G. también detalló uno de los hitos relevantes dentro de Rari, “después de todo esto llegó el Bandido del criadero La Amanecida, hijo del Bandolero en la Pelusa, que lo corrió Jaime Roncagliolo con Jaime Ramírez y llegaron a Rancagua. El Bandido luego de esto nos dejó varias crías y posteriormente, luego de correr el Champion de Chile, fue vendido a Brasil."
A través de su historia, aparte de completar y correr como familia en rodeos, uno de los hitos importantes para Rari fue el desempeño de una yegua muy conocida por la afición corralera, “estuvo en el Ranking, Rari Amalia, hija del Aguatero en yegua hija del Bandido, Baqueta, que se ganó dos clasificatorios, salió tercera en un clasificatorio y estuvo en el Rankin’ de Chile. Esa yegua la corrió Rufino Hernández y para nosotros, Rari Amalia debe ser de los resultados relevantes dentro de los Criadores de Linares.” Comentó Bonilla G.
José Ledesma también asoma como un personaje muy importante para el criadero, al igual que Arturo Bustamante, “principales figuras del criadero igual que Marcelo Pino, Pedro Pablo Salazar, Alberto Riquelme. Un par de rodeos en Clasificatorios lo corrí con ‘Pocholo’ Morales también.” Detalló Bonilla, agregando también otra persona relevante en el desarrollo de esta historia, don Américo Segura, “él formó parte del criadero y también completamos un par de veces con él, cuidaba los caballos en la parte reproductiva a cargo, ayudante de Marcelo Pino; gran colaborador.”
‘Cote’ Roncagliolo y ‘Panchito’ Cardemil también figuran como grandes amigos del criadero, corrieron con las mantas de Rari en varias temporadas simplemente por grata amistad.
Eduardo Salas es otro colaborador que figura dentro de los valores que tuvo Rari, como gran arreglador y conocido jinete del club Yerbas Buenas. Diego Celedón, por su parte también se vio atajando por el criadero junto a Bonilla Garín.
ACTUALIDAD DEL CRIADERO
Hoy en día se están preparando un par de colleras de yeguas nuevas, compradas. “Actualmente Pablo Salazar llegó a trabajar a Rari, él es de Colchagua y está trabajando caballos nuevos ya del criadero, y la collera de yeguas compradas y trabajadas en casa para tenerlas preparadas para esta temporada, si es que hay temporada”, detalló Óscar.
Todo apunta a que Rari continúe en las nuevas generaciones, “estamos preparando caballos para Óscar junior.”
Agregó además que “la crianza del caballo chileno es parte de la historia de Chile, a uno le gusta los caballos, la vida del campo, todo está ligado al caballo, es algo que uno lo hace con pasión y en familia; hoy en día con mis hijos Óscar y Agustina les encanta el tema. Va en la sangre, y empieza a transmitirse en las generaciones más chicas, ellos tienen sus amigos en el rodeo, participan harto. El caballo une a los amigos, la familia, el caballo reúne generaciones y es lo más importante generacionalmente.”
Bonilla Garín compartió su opinión referente a términos usados en el ambiente, “se dice que ser corralero es ser acampado, pero creo que no es tan así, ser corralero no es necesariamente ser acampado, muchos hablan de que el que corre es acampao’, pero a mi punto de vista están muy lejos de ser acampado, hay huasos que son acampados, pero no todos. El hombre acampado es el viejo que hace su vida a caballo, vive el día a día y hace sus cosas a caballo, la gente de la cordillera, los arrieros son verdaderamente acampados”. Concluyó.
Por otra parte, Bonilla Menchaca dio una mirada a las nuevas generaciones en la Crianza.
“Mira, yo no soy nadie para dar un consejo, pero yo les diría que se atrevan, que no tengan miedo y que sepan que uno aprende mucho de los errores. Aquí hay que cometer errores para aprender, pero dan tremenda satisfacción, todo en la vida cuesta partir, iniciar algo es muy difícil y el camino es lento. Un caballo sale a correr a los 7 u 8 años, entonces hay que tener paciencia, estar dispuesto a aprender de los errores que uno comete, pero va a tener muchas satisfacciones.”-